Según el cuento infantil, la Cucarachita Martina encontró una moneda y comenzó a cavilar entre las muchas cosas que podría comprarse con ella. Pensó en dulces, potingues para maquillarse y mil cosa inútiles como esas con que nos deslumbra a ti y a mí el mercado. ¡¡¡Se nota que la cucarachita no vive en nuestra época!!!, porque a ver, cuéntame tú, si ganaras, con tu trabajo, claro está, un poquito de dinero, solo un poquito, en estos tiempos en que tener un trabajo ya es un regalo, entonces ¿qué comprarías?
Sí, ya lo sé, sería fácil decidirlo, comida para tus hijos, abrigos, pagarías la renta, la electricidad y todo lo que fuera posible, hasta que alcanzara. A pesar de los deslumbrantes productos que ofertan los mercados, a pesar de las luces y colores que te llaman hacia lo superfluo, tú te decidirías por lo imprescindible, por lo útil, ¿cómo si no en estos tiempos de crisis?
A la Cucarachita del cuento se le hubiera puesto muy difícil hoy, claro, ella no era madre sola, cabeza de familia. Nosotras las Cucarachitas de hoy tenemos que lidiar con la vida de otra manera. A nosotras la crisis nos muerde y no nos suelta.
Todos hablan de la crisis económica en los términos de la gran economía, de países y del mundo; pero hay que sentir la crisis en el puchero del pobre, de las mujeres que cada día deben llenarlo y que en ese afán se vuelven inventoras y magas. De eso sabemos un rato las cubanas, cincuenta años de y bloqueo el período especial nos han enseñado a burlar el hambre, a cambiarle el sabor a las cosas y a arreglarnos con poco, no somos ángeles, ni magas, ni hechiceras, sencillamente tenemos entrenamiento. Porque la necesidad enseña y nosotras somos buenas alumnas.
Por eso es doloroso asistir hoy a la banalidad, a la superficialidad, a la inconsciencia de Muchas Cucarachitas Martinas, que despilfarran lo que a muchos seres humanos podría salvarlos de morir de hambre y enfermedades. Las dantescas fotografías del hambre en los países del Tercer Mundo, no son propaganda, son dolorosamente ciertas.
Y no se trata de hacer votos de pobreza, ni privarnos de lo que necesitamos y podemos alcanzar, se trata de no ser esclavas de la avaricia, de no convertirnos en seres desalmados que piensan que el mundo comienza y termina en ellos. Se trata de ayudar a los demás, se trata de librarnos de una vez de nuestro egoísmo, se trata, en fin, de luchar no por ser pobres, sino por que todos tengan lo que precisan.
Tal vez esto te parezca un poco ingenuo, pero, ponte a pensar, todas las religiones hablan y promueven la ayuda entre los seres humanos, las más respetables instituciones del mundo premian a aquellos que más han hecho por el bienestar de los seres humanos, sí, ya sé, a veces se les va la mano y premian a quienes no se lo merecen; pero a lo que voy, no debe estar tan descaminado lo que digo, si tantos en nuestro planeta lo proclaman.
No quiero que estés de acuerdo conmigo, solo deseo que reflexiones acerca de ello, no se trata de política, sino de humanidad. A cada una le corresponde decidir si es una Cucarachita Martina que opta por lo útil y lo necesario o si es de las esclavas de lo superfluo, de las que como dijera el apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, tienen “mucha tienda y poca alma”.
lunes, 30 de noviembre de 2009
viernes, 30 de octubre de 2009
Peligrosa
Una mujer triste que sonríe
es peligrosa,
encubre
¡tantos sueños
rotos!
Una mujer triste que sonríe
es peligrosa,
reserva
¡tanta ternura
acumulada!
Una mujer triste que sonríe
es peligrosa:
¡Puede tocarte
el alma!
es peligrosa,
encubre
¡tantos sueños
rotos!
Una mujer triste que sonríe
es peligrosa,
reserva
¡tanta ternura
acumulada!
Una mujer triste que sonríe
es peligrosa:
¡Puede tocarte
el alma!
Prohibido?
Prohibido
morir de tristeza,
de angustia,
¿de lluvia?
Queda
prohibido
morir de primavera,
de ternura
o como Ana,
“de un tiro en su retrato”.
No está permitido
morir de ti ,
de mí o del otro.
Pero en honor
a mi indisciplinada vida
voy a permitirme
morir de nosotros.
morir de tristeza,
de angustia,
¿de lluvia?
Queda
prohibido
morir de primavera,
de ternura
o como Ana,
“de un tiro en su retrato”.
No está permitido
morir de ti ,
de mí o del otro.
Pero en honor
a mi indisciplinada vida
voy a permitirme
morir de nosotros.
viernes, 16 de octubre de 2009
La Soledad
Nunca digas que estás solo… o sola. La soledad es un estado de ánimo y éstos pueden revertirse, si no me crees, reflexiona conmigo: ¿tienes recuerdos?; ¿tienes sueños, anhelos, esperanzas, deseos de vivir, te preocupa el mundo en que vives, tu entorno?. Si tu respuesta es afirmativa, entonces tienes todas esas motivaciones que son tus compañeras, tus amigas y ellas no te dejarán ni un momento para el desconsuelo y la soledad.
Somos esclavos de las costumbres, de la inercia y todo lo que nos saca de ella resulta molesto, temible y genera inseguridad; pero a veces es necesario mirar alrededor para darse cuenta de que hay otros caminos, otras gentes, otras perspectivas. Cuando te sientas solo o sola, no te encierres, busca, piensa que en algún lugar alguien necesita de ti, no importa la edad que tengas, ni cuánto poseas. No se trata de bienes materiales, se trata del apoyo, la contribución que puedes dar a los demás, a los que lo necesitan más que tú, los que todavía están encerrados en el estrecho círculo de sus temores, incomunicación y necesidades y no han abierto una puerta a la esperanza, tú puedes combatir su soledad abriéndoles esa puerta.
Para cuando estés sola o solo te regalo este fragmento de un poema que escribí hace tiempo:
“Tu canoa y la mía
comparten el mismo río,...”
Somos esclavos de las costumbres, de la inercia y todo lo que nos saca de ella resulta molesto, temible y genera inseguridad; pero a veces es necesario mirar alrededor para darse cuenta de que hay otros caminos, otras gentes, otras perspectivas. Cuando te sientas solo o sola, no te encierres, busca, piensa que en algún lugar alguien necesita de ti, no importa la edad que tengas, ni cuánto poseas. No se trata de bienes materiales, se trata del apoyo, la contribución que puedes dar a los demás, a los que lo necesitan más que tú, los que todavía están encerrados en el estrecho círculo de sus temores, incomunicación y necesidades y no han abierto una puerta a la esperanza, tú puedes combatir su soledad abriéndoles esa puerta.
Para cuando estés sola o solo te regalo este fragmento de un poema que escribí hace tiempo:
“Tu canoa y la mía
comparten el mismo río,...”
viernes, 2 de octubre de 2009
DECIR QUE NO
Decir que No (No precisa comentario)
Mario Benedetti
Ya lo sabemos
es tan difícil
decir que no
decir no quiero
ver que el dinero forma un cerco
alrededor de tu esperanza
sentir que otros
los peores
entran a saco por tu sueño
y lo sabemos es difícil
decir que no
decir no quiero
no obstante
como desalienta
verte bajar de tu esperanza
saberte lejos de ti mismo
oírte
primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado
y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco abres la mano
nunca más
puedes
cerrarla.
Mario Benedetti
Ya lo sabemos
es tan difícil
decir que no
decir no quiero
ver que el dinero forma un cerco
alrededor de tu esperanza
sentir que otros
los peores
entran a saco por tu sueño
y lo sabemos es difícil
decir que no
decir no quiero
no obstante
como desalienta
verte bajar de tu esperanza
saberte lejos de ti mismo
oírte
primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado
y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco abres la mano
nunca más
puedes
cerrarla.
martes, 29 de septiembre de 2009
El Silencioso Grito
Reza un proverbio Tuareg: “Con el desierto ante ti no digas ¡qué silencio! Di... no oigo". Y cuanta verdad encierra, la mayoría de las veces el silencio más profundo encierra voces que sencillamente no escuchamos. Porque escuchar es sentir, es sensibilizarse con todo lo que nos rodea, bello o feo, bueno o malo; y la sensibilidad hacia las cosas, personas y sucesos no es igualarse, es entender, analizar, es hallar el sentido y origen de ellas.
La indiferencia, madre de la insensibilidad, es una enfermedad muy peligrosa, corroe el alma, mata al ser humano y deja salir a la fiera. Promueve al egoísmo, su hermano gemelo; y después ya no hay remedio. Así comenzamos a ceder, a plegarnos, a dejar pasar; y poco a poco somos cómplices de los más abominables crímenes, de las más perversas canalladas, de las más abyectas injusticias.
Por eso es esencial oír; y sobre todo, escuchar, estar atentos a esas voces ocultas que nos llaman desde cada mirada triste o vencida; al que tras la abatida sonrisa emite un grito desesperado; existen muchas, tantas señales que solo hace falta mirar y ver. Ten en cuenta que “lo esencial es lo que no se ve. El ojo duerme hasta que el espíritu lo despierta con una pregunta”
La indiferencia, madre de la insensibilidad, es una enfermedad muy peligrosa, corroe el alma, mata al ser humano y deja salir a la fiera. Promueve al egoísmo, su hermano gemelo; y después ya no hay remedio. Así comenzamos a ceder, a plegarnos, a dejar pasar; y poco a poco somos cómplices de los más abominables crímenes, de las más perversas canalladas, de las más abyectas injusticias.
Por eso es esencial oír; y sobre todo, escuchar, estar atentos a esas voces ocultas que nos llaman desde cada mirada triste o vencida; al que tras la abatida sonrisa emite un grito desesperado; existen muchas, tantas señales que solo hace falta mirar y ver. Ten en cuenta que “lo esencial es lo que no se ve. El ojo duerme hasta que el espíritu lo despierta con una pregunta”
lunes, 28 de septiembre de 2009
La Felicidad?
La felicidad
tiene muchas prisiones:
los prejuicios,
la intolerancia,
la ignorancia
y sobre todo,
la cobardía.
tiene muchas prisiones:
los prejuicios,
la intolerancia,
la ignorancia
y sobre todo,
la cobardía.
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