martes, 8 de marzo de 2011

El conejo permanece en la luna.

Por. Abel Rosales e Isabel Herrera (mi otro yo)

La magia del conejo tal vez radica en la pureza y la ingenuidad de su imagen. En el horóscopo chino simboliza la gracia, los buenos modales, el consejo sano, la bondad y la sensibilidad. Una persona nacida bajo este signo llevará una vida tranquila, generalmente en paz y en un ambiente armónico.

Ahora que comienza el año del conejo las leyendas que lo envuelven cobran inusitado interés. Ojala el mundo asumiera con profunda exactitud los valores del conejo. Crisis y guerras desatienden las verdaderas esencias espirituales que envuelven a este dulce animal.

En China el conejo de jade “Yu Tu” significa sacrificio. Según la leyenda tres hadas bajaron a la tierra y cambiaron su imagen para parecerse a tres pobres hambrientos. Se sentaron debajo de un árbol, en un cruce de caminos, y se pusieron a pedir algo de comer a cuantos pasaban por allí. Pasó un zorro, un mono y un conejo y a los tres pidieron. El zorro y el mono al poco tiempo regresaron con alimentos en sus manos, seguramente robados, pues son unos expertos en coger la comida ajena; pero el conejo regresó con las manos vacías y les dijo a las tres hadas disfrazadas de pobres: "No he encontrado nada para comer, así es que si tienen hambre, pueden cocinarme y comerme a mí." Las hadas admiradas por el gesto tan generoso del conejo le premiaron con poder vivir eternamente en el palacio de la luna y así se convirtió en el CONEJO DE JADE “YÙ TÙ”.

Para los japoneses el conejo es parte de su cultura tradicional. Las leyendas populares describen al conejo en la luna machacando arroz. Se cuenta que un viejo peregrino encontró un día un mono, un zorro y una liebre (en ocasiones se cambia el mono por un oso). El hombre, de avanzada edad, se encontraba agotado por su viaje lo cual le llevó a pedir a los tres animales, como favor, que le consiguiesen algo de comida. El mono se subió a un árbol y recogió jugosas frutas, el zorro con su gran habilidad para cazar atrapó un ave y la liebre, con gran pesar, volvió con las manos vacías. Al ver al viejo con la cara triste y cansada, se sintió culpable. Entonces recogió ramas y hojas secas, encendió una fogata y se lanzó dentro para ofrecerse a sí misma como alimento. El viejo, conmovido ante el trágico sacrificio del pobre animal, reveló su verdadera identidad. Era una deidad de gran poder que recogió los restos de la liebre y los enterró en la luna como monumento a su gesto solidario.

No son casuales los puntos coincidentes entre la historia china y la japonesa. En este último país muchas obras para niños incluyen al conejo como símbolo. El ejemplo más notorio es Sailor Moon, el nombre de la protagonista, Tsukino Usagi, representa literalmente al conejo de la luna. La historia del conejo también aparece en Saint Seiya. Igualmente, en Dragon Ball incluyen ese elemento, siendo Goku quien se encarga de llevar el conejo a la luna.


En nuestra querida Latinoamérica Los Mayas, que poblaron la extensa zona de Mesoamérica, territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México y en América Central, por los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3000 años, también reconocieron al apacible conejo. Según su antigua leyenda:

Quetzalcóatl (*), el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo con figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre.
Pero todavía siguió caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo? -le preguntó.
-Estoy comiendo zacate (**). ¿Quieres un poco?
-Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo:
-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
- Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo: -Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.

Más allá de las distancias o el idioma el conejo permanece en la luna. El halo espiritual que lo envuelve mucho tiene que ver con este astro. En 2011 su figura se ajusta a los patrones y símbolos chinos por todas partes. El conejo es uno de los signos más afortunados en el horóscopo. Su paz y coherencia espiritual seguirán siendo el anhelo de millones de personas durante al año lunar que se estrena en China y el mundo.

(*) Quetzalcóatl: Serpiente emplumada. Deidad de las culturas de Mesoamérica.
(**) Zacate: Hierba, pasto, forraje. En México estropajo que se usa para fregar el cuerpo o la loza.

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